Por Pablo A. Arango
“Las
personas necias e ignorantes se dedican a vivir con descuido, mientras
que un hombre sabio guarda su atención como su posesión más preciosa”
—Buda
Mientras conducía,
ponía un audio-libro. Lavando los platos, algún videillo en Youtube. En
el gimnasio, escuchaba lecciones de inglés. Incluso en algunas tardes de
domingo, cuando el deseo y la pasión asomaban, dejé el televisor
encendido, por si marcaba un gol mi equipo.¡Qué listo era! ¡No
desperdiciaba ni un minuto! Bendita sea la multitarea, cuánto provecho
me daba.
Hasta que un día aprendí que la multitarea no existe. No es más que
un mito. Como el monstruo del lago Ness y la no muerte de Elvis.
Pensamos que estamos haciendo varias cosas a la vez, siendo súper eficientes y productivos. Pero en realidad, lo que estamos haciendo lo hacemos peor y tardando más tiempo del que tomaría hacer una cosa primero y luego la otra.
Además, dividiendo nuestra atención en más de una cosa, lo que conseguimos es no estar por completo en ningún lugar.
Pensamos que estamos haciendo varias cosas a la vez, siendo súper eficientes y productivos. Pero en realidad, lo que estamos haciendo lo hacemos peor y tardando más tiempo del que tomaría hacer una cosa primero y luego la otra.
Además, dividiendo nuestra atención en más de una cosa, lo que conseguimos es no estar por completo en ningún lugar.
Cualquiera que pueda conducir con
seguridad –afirmó Albert Einstein— mientras besa a una linda chica,
simplemente no le está dando al beso la atención que merece.
Maria Konnikova en el estupendo libro¿Cómo pensar como Sherlock Holmes?, lo expresa de esta manera:
La atención es un recurso limitado.
Prestar atención a una cosa va necesariamente en detrimento de otra. No
es posible que dos tareas ocupen por igual el primer plano de la
atención. Inevitablemente, la atención se acabará condensando en una, y
la otra —o las otras— se acabarán convirtiendo en un ruido irrelevante,
en algo que se debe filtrar. O, peor aún, no se fijará en ninguna y todo
se convertirá en ruido: un poco más claro, sí, pero ruido al fin y al
cabo.
La dispersión de la
atención tiene consecuencias negativas en nuestra calidad de vida, y
consecuencias desastrosas en nuestra productividad.Esto afirma el doctor
Joseph Cardillo, experto en el entrenamiento de la atención:
La manera como presta atención le
ayudará o le perjudicará en el día a día. Esto se debe a que la atención
juega un papel crítico en lo que piensa, siente, recuerda y cómo actúa.
Afecta su motivación y capacidad para alcanzar sus metas y, en
particular, las metas que son significativas para usted. La atención
afecta la precisión de sus decisiones y el efecto acumulativo que
ejercen en su vida. Esta le ayudará a clarificar quién es usted y la
persona en que desea convertirse, y le permitirá construir el andamio
para llegar hasta allí.
Los beneficios del
control consciente de la atención no son cosa moderna,sabios de todas
partes entendieron desde hace siglos su rol vital en nuestras vidas:
Las personas necias e ignorantes —dijó
Buda— se dedican a vivir con descuido, mientras que un hombre sabio
guarda su atención como su posesión más preciosa.
A finales del siglo
XIX, William James, el padre de la psicología moderna, escribió que «la
facultad de volver a encauzarde manera voluntaria y repetida la atención
que divaga es la raíz misma del juicio, el carácter y la voluntad… La
educación que mejore esta facultad será la educación por excelencia».No
obstante, en ningún momento de la historia hemos estado tan distraídos
como ahora, algunos estudios han encontrado que cada vez se reduce más
el tiempo que las personas son capaces de mantener la atención fija en
algo. Las tecnologías a nuestro alcance no hacen sino agravar el
problema.
Cuando cambiamos con frecuencia el foco de atención, no hacemos sino
deteriorar la capacidad de la mente para concentrarse por largos
periodos de tiempo. Y resulta que el control de la atención es algo
parecido a un super poder.
El premio Nobel de economía Robert J. Shiller afirmó lo siguiente:
El premio Nobel de economía Robert J. Shiller afirmó lo siguiente:
La capacidad de centrar la atención en cosas importantes es una característica fundamental de la inteligencia.
Esta afirmación ha
sido probada por las investigaciones del psicólogo de la Universidad de
Michigan, Richard Nisbett, quien encontró que los americanos de origen
chino con un coeficiente intelectual de 100 logran lo mismo
académicamente que un americano blanco con un coeficiente intelectual de
120. “Esto es un resultado directo de la concentración con la que
realizan su trabajo escolar”.Por otro lado, la distracción constante
tiene también un efecto sobre la inteligencia.
Las investigaciones del psicólogo Dr. Glenn Wilson encontraron que
los trabajadores que constantemente eran distraídos por llamadas
telefónicas y correos electrónicos, experimentaron una caída del 10% en
su coeficiente intelectual.
Esto ya no es una amenaza, está ocurriendo ahora. Los trabajos de carácter repetitivo, tanto intelectuales como manuales, serán realizados por algoritmos y robots.
Los trabajadores que prosperen en los próximos años serán aquellos capaces de producir trabajo intelectual creativo. Esto no es algo que podamos realizar si permanecemos distraídos.
Por todo ello, hoy intento hacer la mayor parte del tiempo una sola cosa a la vez. Nada de vídeos mientras lavo los platos. Cuando conduzco rara vez enciendo la radio. Incluso eliminé el tiempo de lectura en el baño. Una cosa a la vez.
Uno de los grandes beneficios de mi nueva actitud es un mejor conocimiento de mi mismo, pues no solo presto atención a lo que ocurre fuera, también a lo que pasa dentro. Y, por supuesto, mi capacidad de concentración ha mejorado de manera significativa.
Esto ya no es una amenaza, está ocurriendo ahora. Los trabajos de carácter repetitivo, tanto intelectuales como manuales, serán realizados por algoritmos y robots.
Los trabajadores que prosperen en los próximos años serán aquellos capaces de producir trabajo intelectual creativo. Esto no es algo que podamos realizar si permanecemos distraídos.
Por todo ello, hoy intento hacer la mayor parte del tiempo una sola cosa a la vez. Nada de vídeos mientras lavo los platos. Cuando conduzco rara vez enciendo la radio. Incluso eliminé el tiempo de lectura en el baño. Una cosa a la vez.
Uno de los grandes beneficios de mi nueva actitud es un mejor conocimiento de mi mismo, pues no solo presto atención a lo que ocurre fuera, también a lo que pasa dentro. Y, por supuesto, mi capacidad de concentración ha mejorado de manera significativa.
Fuente: https://www.notasaprendiz.com/blog/el-poder-de-la-controlar-la-atencion
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